"Los pobres siempre los tendréis entre vosotros", supo sentenciar Jesucristo en su momento. Pero no me iré a los pobres...
Hablo de las personas, vecinos, amigos y familiares que, de repente, pueden necesitar tu ayuda alguna vez.
Una tontería... cuidar a una abuela en un sanatorio, una hora quizás. Pasar una carta debajo de la puerta...
Tonteras útiles. Porque todos en todo momento podemos ayudar. Insisto: muy en lo poco y muy cada tanto.
Con un poquito, mínimo que ayudemos cada uno, estamos cambiando el mundo.
Así se cambia el mundo, ¿sabían?... empezando por uno.
Empezando por un mínimo ayudar.